viernes, 4 de abril de 2008

Edad Media IV


En el siglo VII surge en Medio Oriente la figura de un profeta que cambiaría la historia de esa extensa región del mundo tan rica en cultura y tradiciones. Su nombre: Mahoma. La predica del profeta en un principio despertó profundas contradicciones, sin embargo poco a poco su mensaje, que no es otra cosa que el mensaje original de Allah ( Dios) terminó por conquistar extensas regiones ( incluso la península Ibérica desde los siglos VIII hasta el siglo XV) y hoy en día la religion islámica es la más seguida en todo el mundo. El libro sagrado de los islámicos es el Corán y aquí se recoge la palabra de Allah transmitida a Mahoma para que esta sirva de guía espiritual y pauta de comportamiento.

Todo musulmán (muslim, creyente) tiene que realizar cinco manifestaciones o actos en las que se recogen básicamente el contenido dogmático de la religión y sus aspectos de culto o rito. Son los conocidos como pilares del Islam: profesión de fe, oración, ritual, limosna, ayuno y peregrinación a la Meca. Cada uno de ellos tiene una especial incidencia en las expresiones artísticas. La profesión de fe o sahada (No hay más Dios que Allah y Mahoma es su Profeta) explicita la no existencia del concepto de encarnación del cristianismo e hinduismo, al mismo tiempo que proclama que Mahoma es sólo el mensajero de Dios. Ello comporta la primacía del mensaje sobre el mensajero, del mismo modo que es, sin duda, la clave para el desarrollo que adquiere la escritura como motivo decorativo -la epigrafía- dentro del arte islámico. Refleja, al mismo tiempo, la tendencia no - icónica ( sin imagenes reconocibles) latente en el Islam desde los primeros momentos si bien, no por ello, la figuración dejó de contar con cierta presencia aunque en ámbitos restringidos. De hecho es muy poco común encontrar imágenes donde el rostro de Mahoma sea visible. Esta tendencia no - icónica propiciará el gran desarrollo de motivos geométricos y vegetales con un grado de abstracción cada vez mayor que, junto a los epigrafícos, definirán la ornamentación en el arte islámico. Esto ya nos señala una profunda diferencia con los templos occidentales con su marcada obsesión por el icono como medio de representacion de la divinidad.
La arquitectura islámica tiene como principal manifestación la mezquita, lugar de culto para los seguidores de la fe islámica. En la mezquita se funden varios elementos arquitectónicos interesantes, algunos importados desde occidente especificamente de la tradición Bizantina: uso de grandes cúpulas, amplios espacios interiores, minaretes ( torres) a través de las cuales se llama a los fieles a la oración. Ejemplos, la mezquita de Al - Haram en la Meca, mezquita de Al - Aqsa en Jerusalén, mezquita de Cordova en España.

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