Mesopotamia representa aún para el estudio del arte un tema a veces desconocido. Los constantes embates sufridos por esta cultura, los desastres de la guerra, los saqueos inescrupulosos han llevado que esta cultura haya visto reducido su patrimonio a una miserable porción que bajo ningún punto de vista es representativa de su antigua grandeza. Pero las imágenes son eternas, eso ya lo aprendimos con los egipcios y es precisamente ese factor el que ha llevado a que esta cultura aun permanezca victoriosa en el limbo del tiempo.
Cronológicamente hablando, Mesopotamia se encuentra posicionada en un estadio anterior al de la cultura egipcia ( 6.000 adc) Ellos también comparten con los egipcios el hecho de ser una civilización que debe sus orígenes a los primeros poblados agrícolas, pero en este caso, ubicados en el medio oriente en lo que actualmente son las áreas desérticas de Irak. Ellos también crecieron en los márgenes de dos grandes ríos, el Tigris y el Eufrates.
Ahora es importante decir que cuando hablamos de mesopatámicos, nos referimos a distintas culturas que habitaron esa zona geográfica y que a través del tiempo se fueron sucediendo en el dominio y poder. ( Acadios, Sumerios, Amorritas, Babilonios, Asirios)
Sus construcciones progresivamente fueron sufriendo la destrucción ya que ellos a diferencia de los egipcios no contaban con grandes yacimientos de piedra como material para sus construcciones. La falta de este material llevó a los constructores mesopotámicos al uso del ladrillo como elemento constructivo, el ladrillo era sometido muchas veces a un proceso de vitrificación, por lo que palacios y templos mesopotámicos presentaban un aspecto realmente maravilloso, con sus muros decorados con ricos relieves y colores llamativos y brillantes.
En sus relieves los mesopotámicos fijaron un antecedente que no deja de ser interesante: el como el arte puede transformarse en una herramienta de uso político, como las imágenes pueden persuadir a un espectador de la grandeza y la fortaleza militar de un imperio. Así nos encontramos con que frecuentemente, los relieves mesopotámicos muestran un carácter altamente agresivo y violento en donde la descripción incluso sanguinaria, es una herramienta más al servicio de el imperio. Obviamente también figuran dentro de este imaginario visual, las imágenes de dioses y genios protectores que frecuentemente decoraban las fachadas y entradas de templos y palacios.
Los templos mesopotámicos son los Zigurat, pirámides escalonadas en cuya cumbre se encontraba el templo y que dieron lugar a la mítica Torre de Babel que aparece mencionada en las antiguas escrituras. Las artes del fuego, el esmalte y la orfebrería encontraron en el mundo mesopotámico uno de sus mejores momentos, diestros artesanos supieron dotar a este arte de toda una elegancia y refinamiento pocas veces repetido en la historia, salvo la magnífica etapa vivida por estas artes bajo el imperio Bizantino ya en plena Edad Media.
Cronológicamente hablando, Mesopotamia se encuentra posicionada en un estadio anterior al de la cultura egipcia ( 6.000 adc) Ellos también comparten con los egipcios el hecho de ser una civilización que debe sus orígenes a los primeros poblados agrícolas, pero en este caso, ubicados en el medio oriente en lo que actualmente son las áreas desérticas de Irak. Ellos también crecieron en los márgenes de dos grandes ríos, el Tigris y el Eufrates.
Ahora es importante decir que cuando hablamos de mesopatámicos, nos referimos a distintas culturas que habitaron esa zona geográfica y que a través del tiempo se fueron sucediendo en el dominio y poder. ( Acadios, Sumerios, Amorritas, Babilonios, Asirios)
Sus construcciones progresivamente fueron sufriendo la destrucción ya que ellos a diferencia de los egipcios no contaban con grandes yacimientos de piedra como material para sus construcciones. La falta de este material llevó a los constructores mesopotámicos al uso del ladrillo como elemento constructivo, el ladrillo era sometido muchas veces a un proceso de vitrificación, por lo que palacios y templos mesopotámicos presentaban un aspecto realmente maravilloso, con sus muros decorados con ricos relieves y colores llamativos y brillantes.
En sus relieves los mesopotámicos fijaron un antecedente que no deja de ser interesante: el como el arte puede transformarse en una herramienta de uso político, como las imágenes pueden persuadir a un espectador de la grandeza y la fortaleza militar de un imperio. Así nos encontramos con que frecuentemente, los relieves mesopotámicos muestran un carácter altamente agresivo y violento en donde la descripción incluso sanguinaria, es una herramienta más al servicio de el imperio. Obviamente también figuran dentro de este imaginario visual, las imágenes de dioses y genios protectores que frecuentemente decoraban las fachadas y entradas de templos y palacios.
Los templos mesopotámicos son los Zigurat, pirámides escalonadas en cuya cumbre se encontraba el templo y que dieron lugar a la mítica Torre de Babel que aparece mencionada en las antiguas escrituras. Las artes del fuego, el esmalte y la orfebrería encontraron en el mundo mesopotámico uno de sus mejores momentos, diestros artesanos supieron dotar a este arte de toda una elegancia y refinamiento pocas veces repetido en la historia, salvo la magnífica etapa vivida por estas artes bajo el imperio Bizantino ya en plena Edad Media.
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