viernes, 28 de diciembre de 2007

Roma



Los romanos ( 753 adc) aparecen en la historia y me gusta decirlo, como los grandes sintetizadores de la antigüedad, aunque tal vez el término no sea para nada "académico". Tomaron de cada civilización lo que más les servía, adoptaron técnicas, usos, costumbres incluso dioses y les otorgaron su propio carácter.

Las bases de esta civilización son una fuerte organización social, política y económica, una religión muy presente, un ejercito profesional, las leyes ( derecho romano), además de un sentido urbanístico absolutamente moderno y muy pocas veces igualado.

Su antecedente más cercano se encuentra en los Etruscos ( siglo XII adc app), civilización que habitó el norte de la península Itálica, una civilización interesante, su arte es amable, alegre, con movimiento. Expertos trabajadores del metal dejaron piezas magníficas piezas llenas de refinamiento y oficio. Los etruscos veían la muerte como algo no tan terrible, decoraban sus tumbas con frescos que representaban danzas y banquetes. Un pueblo en que la mujer ocupaba un rol predominante tanto en la educación de los hijos como en asuntos de gobierno. Poco a poco este pueblo fue sucumbiendo al influjo de los romanos, bueno de hecho los primeros monarcas romanos eran de origen etrusco. Incluso uno de los símbolos más reconocidos del arte romano, la Loba Capitolina, es también de origen etrusco, eso si hay que decir que los gemelos, representación de Romulo y Remo fueron agregados recién en el siglo XV en pleno renacimiento italiano.

El arte romano es en gran medida un arte importado desde el extranjero. Por ejemplo la escultura romana es básicamente escultura copiada de los originales griegos, de hecho gracias a los romanos es que hoy en día podemos ver como era la escultura griega, lo mismo ocurre con la pintura mural. Las paredes de las casas de los nobles romanos conservaron ese fiel testimonio. Pompeya es un buen ejemplo: Pinturas en que se retratan mundos idílicos, misterios iniciáticos, dioses en actitudes relajadas, todo esto con un color llamativo e intenso.

Los romanos adoptaron un genero escultórico, el retrato, que los perfila hasta el día de hoy como grandes realistas que vieron en este genero la oportunidad de registrar a personajes importantes e influyentes con profunda veracidad. Nobles, cortesanas, senadores, filósofos y por supuesto emperadores son retratados fielmente y dan cuenta del paso de estos hombres y mujeres por la historia romana en sus distintas etapas. El retrato escultórico también tiene relación con el culto del pater familias, el culto a los antepasados visto por muchos como la religión intima y verdadera de los romanos y que se daba en el interior de los hogares.

Otro genero escultórico, el relieve, se caracterizó por haber sido el medio ideal en que los artistas contaron la historia épica de los emperadores y generales y también las historias y mitos de las divinidades. Los arcos de triunfo y las columnas se elevan como una manifestación arquitectónica en que los relieves precisamente adoptan ese rol de registro.

La arquitectura romana basó gran parte de su grandeza en la copia de modelos arquitectónicos griegos y etruscos pero también egipcios y mesopotámicos. A los estilos dórico, jónico y corintio los arquitectos romanos sumaron el estilo compuesto y el toscano. La pericia de los constructores y el uso de nuevas tecnologías favoreció la imposición de un diseño urbanístico absolutamente moderno, en que cada ciudad cuenta con todo lo indispensable y un poco más. Acueductos, puentes, edificios públicos, anfiteatros, barrios exclusivos y marginales y por supuesto los interminables caminos que conectaban todo el imperio desde sus distintos puntos, todo esto nos habla de una organización urbanística casi perfecta.

La llegada del cristianismo en el siglo I dc, supuso para la Roma imperial un problema bastante serio, por que este culto atentaba en primer lugar en contra de la religion oficial, además que se suponía incitaba a los romanos a la rebelión en contra de la imagen del emperador. Por lo mismo los cristianos fueron cruelmente perseguidos, llevados por miles a la muerte. En ese contexto, el primer culto del cristianismo fue clandestino y se realizaba en las profundidades de la ciudad, en galerías subterráneas, las llamadas catacumbas. Aquí encontramos las primeras imágenes que se tienen en occidente de Cristo, pinturas murales y relieves en que Cristo aún es representado como un ciudadano romano con toga, rubio, de pelo corto y sin barba. La temática del buen pastor guiando a su rebaño es típica de este contexto.

Pero en el siglo IV dc ocurren dos hechos que cambian la historia romana. El reconocimiento del cristianismo como religión oficial del imperio y la división del imperio en dos secciones, con dos capitales: Un imperio occidental con capital en Roma y un imperio oriental con capital en la ciudad de Bizancio y que de ahí en adelante pasó a llamarse Constantinopla en honor al emperador Constantino a quién se debe el reconocimiento del Cristianismo como religión oficial.

En el siglo V dc específicamente en el año 476 los bárbaros logran después de varios intentos la tan anhelada invasión sobre Roma. Se encuentran con un Imperio desgastado políticamente, cansado y débil en lo militar. Pero los romanos aún así ya habían hecho su movimiento, su as bajo la manga, y en Constantinopla los romanos encontraron un nuevo aire además de la posibilidad de proyectarse por siglos en esta nueva etapa que surge en la historia. La Edad Media.























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